Investigaciones recientes han revelado la existencia de este club dos veces milenario, cuyo comienzo se remonta al siglo IV a.C. Se dice que su ideólogo fue Sócrates, un amante de Platón. Luego la idea sería trasmitida a Aristóteles, sobrino de este último, y heredada después por su alumno Alejandro de Macedonia, también conocido como Alejandro Magno.
Nacimiento de la filosofía y creación del ClubEn Grecia, la filosofía nace como el arte de divagar, huir del esfuerzo físico, tomar y fumar extractos vegetales en afán del relax total, buscando la paz interior. Nuestros primeros filósofos entendieron que el principal obstáculo a este propósito relajatorio es la necesidad de trascender. El hombre, como ser histórico y social (zoon politikon), está en constante tensión por la necesidad de trascender más allá de la muerte. El qué se dirá de mí es el motor constante de la conciencia, y el actuar del hombre siempre responde a aquella voz futura de los otros juzgando nuestro actuar, cuando ya no podemos defendernos, pues estamos muertos. De esta forma, para quitar esta carga del actuar cotidiano, se creó el Club de los biógrafos, cuyo estatuto pronunció por primera vez Aristóteles en una gran orgía, aunque de sólo tres participantes (él, Alejandro y su amigo Hefestión).
Cuestión resueltaLa cuestión estaba resuelta. A Sócrates no lo habían matado los parásitos, sino que había bebido cicuta en heroicas circunstancias. Platón sería el más grande filósofo de la Antigüedad, Aristóteles su gran discípulo, y no sólo los profesores mediocres que eran, plagiando a los verdaderos maestros de aquellos tiempos, cuyos nombres se han perdido. Cada socio podría vivir la vida que quisiera sin grandes preocupaciones, generalmente llena de vicios y fuera de toda moral, con la única condición de mantener en estricto secreto la existencia del Club, colaborando en la destrucción de cualquier documento que diera detalles de su vida disoluta, reemplazando éstos por bibliografía creada al efecto de pasar a la posteridad como quisieran, sin ningún tipo de esfuerzo ni presión.
El estatuto: su oralidad hasta el cristianismo. El estatuto se transmitió siempre oralmente, hasta que Jesús de Nazareth, quizá el más grande exponente del Club, lo hizo grabar en placas metálicas, haciendo jurar a todos los socios proteger con la vida su secreto (es lo que se conoce vulgarmente como el santo grial, otra confusión inducida por la Iglesia). En cuanto a material bibliográfico, fue la Biblia la producción más importante del Club de todos los tiempos.
Regentes en la Edad Media y creación de la IglesiaSe sabe también que los emperadores Dioclesiano, Justiniano y Carlomagno fueron en su tiempo regentes del Club. También San Agustín y Santo Tomás de Aquino, entre otros santos (algunos historiadores dicen que todos), cumplieron la misma función. La mismísima Iglesia fue creada a los efectos de monopolizar la producción bibliográfica y documental del Club, arguyen los investigadores.
Historia adulterada, siempre algo realDetalle a destacar es el hecho de que, generalmente, los miembros del Club han dejado a la posteridad una característica propia real. Esto responde a que en la total adulteración de la historia personal se perdía de vista la finalidad trascendental, ya que la biografía no sería del miembro del Club, sino de un personaje creado, pasando aquél al total olvido. Así, se sabe que es cierto que a Aristóteles le gustaba viajar, Sócrates no sabía escribir (1), Da Vinci dormía muy poco (como buen amante de la noche que era), Alejandro Magno era un puto perdido, Beethoven era sordo, etcétera.
Quema de obstáculosA pesar de que su principal objeto es una obra de bien, la paz interior de sus miembros, existe una faceta cruel del Club. Ya antes de su creación, Platón había cortado la lengua de su primo Jenofontes cuando éste iba denunciar, además de algunos delitos comunes, la futura creación del Club.
La posibilidad de publicar libros fuera de su monopolio, a raíz de la aparición de la imprenta, fue para el Club un gran desafío, puesto que la proliferación de textos harto dificultaba la tarea de adulteración histórica tendiente a biografiar a pedido a sus miembros. Nació así la Santa Inquisición, que se encargó, en nombre de Dios (2), de quemar libros prohibidos, y a personas que, aunque sin siquiera intuir la existencia del Club, descubrían en viejos libros que habían escapado al control clerical, discordancias con la historia oficial, y cometían el horrible pecado de denunciarlas o comentárselas al vecino.
El Club en la actualidad
Hoy los medios del Club se han complejizado siguiendo los cauces naturales del progreso. Se sabe que la televisión, así como Internet, son de su propiedad y creación, y su control se ejerce a través de los organismos de inteligencia de los más poderosos países.
Cabe destacar que las vidas elegidas por los socios responden a ciertas modas. Por ejemplo, quizá influenciados por el romanticismo decimonónico, la muerte trágica ha sido preferida por muchos socios del siglo XX, quienes han querido sobrevivir para constatar satisfechos cómo sus biografías deseadas los hacen objeto de los más extremos fanatismos. Ellos, mientras tanto, siguen viviendo sus vidas de siempre, sin temor a ser vistos, conscientes del poder del Club para proteger su anonimato. Este descuido es quizá hoy uno de los detonantes de la filtración de información que ha permitido la escritura de esta nota. Descuido justificado, ya que será leída por incrédulos ya convencidos por toneladas de libros, cientos de horas de televisión, millones de afiches publicitarios, de que la realidad es lo que el Club dice que es.
Miembros actuales y “protagonistas” del siglo XX
Se sabe con certeza que son o han sido socios, entre vaya a saberse cuántos otros, Elvis Presley, John Lennon, Kurt Cobain, Jimi Hendrix, Marilyn Monroe, Neil Armstrong, Diego Maradona, Adolf Hitler, Eva Perón, Gandhi, Albert Einstein, Ernest Hemingway, Charles De Gaulle, Orson Wells y Bin Laden.
Nuestro aporte
Somos conscientes del poder que el Club ejerce en la actualidad. Nosotros hemos conocido casualmente la información aquí vertida, a través de la página http://www.biographic-club.com/, que seguramente ya habrá dejado de existir cuando se haya publicado esta nota, así como también dentro de algún tiempo desaparecerán todos los ejemplares de todas las revistas en que la publiquemos. Pronto no seremos ni siquiera un recuerdo. Más allá de lo efímero del resultado de nuestro esfuerzo, perdido en las podridas mentes de nuestros lectores, involuntariamente llenas de propaganda del Club, lo seguiremos haciendo, pues no tenemos otra cosa más interesante que hacer.
1- También se sabe que parte de la acusación por la que lo condenan a muerte (hecho que no ocurrió), supuestamente formulada por Melitos e instigada por Anitos, de corrupción de la juventud, era cierta, sexualmente hablando.
2- Se dice que el centésimo nombre de Dios, el auténtico, es el que Jesús dio al Club, y que las investigaciones aún no han develado.